mayencos
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Domingo, 22 de diciembre de 1968. “Para este día estaba pensado colocar el Belén en Collarada, pero un poco por indecisión, y otro poco porque había caído una nevada la semana anterior de más de un metro, y llegaba la nieve hasta Villanúa…”.
Miércoles, 25 de diciembre de 1968. “Después de la Misa del Gallo, decidimos salir hacia Collarada, Carlos, Michel y yo. Salimos de Jaca a las 2 de la madrugada, con noche estrellada, pero que no se veía nada por no haber luna. A las 3 salimos de Villanúa, y pisando nieve comenzamos a caminar por la nueva pista. A las 3:30 dejamos la carretera e intentamos encontrar el camino en una zona en la que nos hundíamos cerca de 20 cm en la nieve. Como era la primera vez que intentábamos coger el camino por la carretera no lo pudimos localizar, por lo que a las 6 decidimos regresar al coche, para llegar a Jaca a las 7 de la mañana…”.
Domingo, 29 de diciembre de 1968. “Este día, mejor equipados, realizamos un grupo de siete -Michel Pardo, Ángel Mesado, Germán Lanaspa, Antonio Etayo, Antonio Bernabé, Jacinto Castán y yo- un nuevo intento de colocación del Belén, que a pesar de las muchas dificultades llegó a buen fin… … a las 6:45 comenzamos a andar por nieve un poco dura, pero que se hundía un poco, y en medio de una gran nevada que estaba cayendo, y a la luz de las linternas, pues no se veía nada… … nos azotó una fuerte ventisca que no nos dejaba ver… … pudimos localizar la caseta refugio, en donde entramos a las 9:45… … después de mucho hablar, decidieron no subir, pero Ángel y yo nos lo propusimos a las 11.
Equipados con crampones, piolet, traje de ventisca y encordados, salimos con tiempo muy malo en contra de la voluntad de los demás… … llegamos a los Campanales a las 12… … poco después, cuando íbamos a continuar, vimos que subían dos más, por lo que los esperamos para encordarnos los cuatro. Eran Michel y Germán, que no llevaba crampones… … con una fuerte ventisca, y el termómetro al final de su recorrido, con -13º, continuamos… … la pendiente aumentando de grados, la nieve convertida en hielo, y la ventisca, nos hacían tumbarnos en ocasiones en el suelo sujetos al piolet. A las 13:40 llegamos al tubo de la “moñeta”, que lo subimos penosamente, pues se encontraba sumamente helado. A las 14:30 llegamos a la cima, con una temperatura estimada de -18/20º… … A las 16 llegamos de vuelta al refugio, donde nos esperaban los otros tres, y después de comer muy poco, pues estaba helada toda la comida, regresamos a Villanúa a las 18:20, y a Jaca a las 19”.
Con un Belén que pesaba casi los tres kilos, y “encontrándome en buenas condiciones y con la moral muy alta, ésta ha sido la invernal más fuerte que se ha realizado hasta la fecha…”. Estos son párrafos extraídos de la memoria escrita de Fernando Val, uno de estos pioneros que con su tesón arrastró a tres amigos -Ángel Mesado, Miguel Ángel Pardo y Germán Lanaspa- para subir ese primer Belén al punto más alto de la comarca, a la Collarada, en unas condiciones absolutamente épicas, pero que intuimos no muy fuera de lo normal para la época.
Estos párrafos, decimos, han sido copiados literalmente de un diario que, desde entonces, y ya desde la década anterior, se ha ido escribiendo de la mano de este hombre que, entre otras muchas aventuras que pueda contar, no se le puede negar el reconocimiento a la constancia, pues ha estado presente en la práctica totalidad de las ascensiones del Belén Montañero del CP Mayencos en los últimos 50 años. Un diario en el que ha ido plasmando sus sensaciones, sus vivencias, sus emociones, las de un montañero a la vieja usanza, las de un montañés que ha amado, y lo sigue haciendo, a su tierra y a sus montañas. Un diario, en el que tras rellenar cada una de las páginas, quedaban cerradas con un aldabonazo, y cuyas entrañas guarda celosamente, desempolvado sólo cuando quiere rememorar alguna de sus miles de historias y cree que la memoria no le llega… aunque sólo lo cree. Un diario que gustosamente nos ha desentrañado, y en el que con sumo respeto hemos escudriñado.
Los Belenes
Cincuenta han sido, como decimos, los años en los que el grupo de montaña del club, ha aupado el Belén a muy distintas cotas del Biello Aragón, formado por las actuales comarcas de La Jacetania y Alto Gállego, ascensiones en las que se han ido alternando gentes en las distintas épocas, 1125 concretamente, de los 1197 que lo intentaron, pero en las que invariablemente ha estado presente Fernando. Cincuenta años. Cincuenta historias que contar, unas con más relevancia que otras, y que para empaparnos de ellas seguimos buceando en las viejas y amarillas páginas del diario, y de las que destacamos algunas.
El segundo Belén lo subieron al Aspe. Con el tercero se alejaron de Jaca, acudiendo a la comarca vecina del Alto Gállego, atreviéndose ya con un tres mil, el pico de los Infiernos, que de diez que salieron, lo alcanzaron nueve, por el collado de Pondiellos, y que en una jornada de mal tiempo también, sufrieron una confusión en el descenso que afortunadamente subsanaron a tiempo, de lo contrario hubiera tenido malas consecuencias.
En el año 1972 se fijaron como objetivo para su quinto Belén la Peña Telera, con diez componentes, alguno de Sabiñánigo, más dos que subieron por el barranco del Puerto. El mal tiempo y las malas condiciones de la montaña ocasionaron un accidente, “… en el que Mariano Biec se resbaló tras haber superado el primer resalte por encima del ibón, arrastrando en su caída a tres más, que consiguieron asirse a lo que pudieron, no así Mariano, que cayó unos cuantos metros, y sobre su mochila, reventando la bota de vino” -recuerda, “… teniendo que ser ayudado para bajar hasta Piderafita”. La mermada expedición no logró pasar del collado de Cachibirizas, donde quedó situado el Belén. En el año 1974, se popularizó el evento, organizando el club el Belén Montañero FAM, que fue subido a la Peña Oroel, “… donde se celebró una misa, y se ofrecieron 50 litros de caldo caliente a los 300 participantes”. Al año siguiente, en el 75, se volvió a apuntar alto en el octavo Belén, que se subió al Balaitús, que con sus 3144 es el punto más elevado de toda la serie, alcanzándolo por la brecha Latour; en este año cabe destacar la primera vez que participaba una mujer, María José Faci, aunque no alcanzó la cima debido a la dificultad del itinerario y las condiciones de la montaña. Este Belén nunca se pudo recoger, desapareció.
El décimo se volvió a subir a la Collarada, disfrutando de buen tiempo. En el año 81, el objetivo de la Peña Retona tampoco pudo ser conseguido del todo, ya que “… la brecha cimera estaba en muy malas condiciones, teniendo que dejarlo a unos veinte metros de desnivel bajo la cima”; el mal tiempo se cebó con ellos, “… impidiendo que alcanzáramos la pista no antes de las 8 de la noche, donde la fuerte ventisca hizo que llegáramos a Piedrafita a las 22:30, con gran preocupación de los compañeros que allí esperaban” -añade. En el año 89, estuvo en dos montañas, “… porque se subió al Achar del Alano, y al darnos cuenta del error, se colocó posteriormente en el Rincón de Alano, donde estaba previsto”. En la edición número veinticinco, en el 92 se subió a la Peña Oroel, “… con la celebración de la eucaristía, por parte del obispo de Jaca, a la sazón, D. José Mª Conget, a 150 fieles”, dejando fijada la cita anual del Belén Popular en el emblemático monte jaqués, tradición que se mantiene hasta nuestros días.
El que suscribe, se incorporó en el año 2012, que era la cuadragésimo quinta vez que se subía el Belén Montañero, y se fijó como objetivo el pico Lariste, en las cercanías del puerto del Palo. Salimos tres con esquís y tres con raquetas. En un ambiente infernal, que consideramos el grado siguiente al invernal, los esquiadores, que iban más avanzados lo consiguieron colocar en un punto indeterminado muy cerca del pico, pero sin alcanzarlo, pues la visibilidad era nula, y la ventisca atroz. Al cabo de los meses, entrado ya el otoño, nos embarcamos con Fernando a su desesperanzada búsqueda, que dio su fruto porque, aunque destrozado, lo encontramos, pero debajo del cercano Marmida. El regreso, preferí hacerlo por el cordal hasta el puerto del Palo, donde había quedado con Fernando. Una vez allí, ya sin mucha razón de ser, las piernas me subieron al Burq, mientras él iba bajando poco a poco por el Camino de Santiago, con un “las rodillas me van a ir justas ya para bajar, ya me pillarás”. En la cima me encuentro un Belén, y al contárselo cuando me reuní con él, me mira fijamente, y espeta:
Ese Belén, según me dice, fue subido por él, José Ramón y el matrimonio Peñarroya. De esta forma, subimos a por uno, sin ninguna esperanza de encontrarlo, y bajamos con dos.
Este año pasado, además del Montañero y Popular nuestros, organizamos en el club el LV Belén Montañero FAM que, debido a la falta de relevo generacional, se lleva ya años colocando muy cerca del acceso con vehículos, en este caso, se consiguió reunir a unas 120 personas en la parroquial de San Caprasio, en Santa Cruz de la Serós.
Y así, se podrían contar más y más historias, que quedan en las entrañas de las viejas páginas empolvadas de la memoria reciente y lejana.
El nacimiento de Montaña Mayencos
Al contrario de hace dos mil años, cuando buscaban el calor de un establo como escenario para ese gran acontecimiento, estos precursores del montañismo jaqués y jacetano, buscaban otro muy distinto, buscaban el punto más alto, el más frío de la comarca para aupar ese símbolo, que con el tiempo ha venido a menos. Celebrando un Nacimiento, consciente o inconscientemente, pretendidamente o no, daban también nacimiento al del propio grupo de montaña, que ya llevaba años pateándolas, pero que se quería añadir, como nueva sección, a un club fundado doce años antes por un grupo de pescadores, y que venía ya funcionando además con una sección de esquí, con la que en pocos años más se fusionó, creando el Club Pirineísta Mayencos. Desde entonces, cincuenta han sido los belenes, como cincuenta años este entrante hará, que la Sección de Montaña del club ha reunido a gentes de Jaca y de fuera de ella con una misma pasión, la de su amor por las montañas, pasión que han ido desgranando por los valles y montañas de nuestro Pirineo y por otros muchos lugares del mundo, alcanzando su techo en los 8035 metros de altura del Gasherbrum II en el año 2006, aunque miembros de la Escuela Militar de Montaña, pero también del club, hayan hollado las mayores alturas continentales, incluidos los dos polos.
Los protagonistas
Al día siguiente de la subida de este quincuagésimo Belén, en una mañana lluviosa, que es una cara más de la montaña, quedamos en el club con estos cuatro precursores con la única finalidad de reunirlos y dejar que vaguen por la memoria de este último medio siglo montañero, y con respuestas al alimón, se ha conformado esta entrañable tertulia. Charremos.
P: Tres personas septuagenarias y una octogenaria, todos de Jaca o adoptados a edad temprana. ¿Cómo era la Jaca de hace 50 años? ¿Se hablaba de montaña?, ¿se pensaba en la montaña?
R: Era una población pequeña, en la que todos nos conocíamos. Una población en los años previos al inicio del turismo, pero que ya miraba a sus montañas. Se hacía montaña, sí, sobre todo en el ámbito militar. En el campo civil había grupos dispersos que nos juntábamos para coger el autobús o el tren a Canfranc, antes de tener coche. Algunas veces no se decidía el destino hasta llegar allí. Entonces estaríamos como veintitantos, aunque no siempre íbamos todos, claro.
P: Os conoceríais de antes, ya habíais hecho montaña juntos…
R: Sí, claro, aunque éramos veinteañeros ya nos unía esta afición desde hacía tiempo.
P: ¿Cómo era el club entonces?, ¿cómo se os ocurrió subir ese primer Belén?, porque en aquel año no había Sección de Montaña…
R: Antes de formar parte del club, nos juntábamos los sábados por la tarde en el buzón de correos de la calle Teatro Unión Jaquesa, junto a la calle del Carmen, para decidir el destino del día siguiente, y con esa continuidad y una elevada dosis de ilusión, surgió la idea de formar un club, pero en aquella época, con la OJE copando mayoritariamente el espacio deportivo, entre otros, el asociacionismo no era fácil, lo era más el integrarte en alguno de los ya existentes. Primero lo intentamos con Montañeros de Aragón, para crear una especie de delegación en Jaca, como tienen ahora en Barbastro; se habló con Pepe Díaz para ello. En Jaca existía entonces la Sociedad Polideportiva Los Mayencos, con unos estatutos que albergaban la posibilidad de integrar nuevas disciplinas deportivas, de hecho, entre otras, ya existía la de esquí. Es por ello que optamos por crear la Sección de Montaña, que fue oficial desde el año 1969. Ese primer Belén fue una ocurrencia de entonces.
P: Los cristianos del hemisferio sur lo tienen más fácil esto de subir belenes a las montañas… lo digo por el tiempo. En estos 50 años, Fernando, ha habido de todo, ¿no?, días buenos, malos, cambios de objetivo a última hora…
R: Sí, ha habido de todo. El peor, quizá fue el de los infiernos. También el de Lariste, pero no era tan alta cota. Y en cuanto al cambio de objetivo, ha tocado improvisar algún año, sí.
P: Se ha organizado en dos ocasiones el Belén Montañero FAM. En el año 74 se subió con 300 personas a Oroel; y en 2016, que congregó a 120 en Santa Cruz de la Serós. Un objetivo éste último, mucho más asequible, y con menos de la mitad de asistentes, ¿qué está pasando con las nuevas generaciones con respecto a la montaña?, porque de belenes, con los jóvenes… ni hablamos…
R: Han cambiado mucho los tiempos y se ha diversificado mucho la forma de acercarse a las montañas. Antes, era sólo la montaña, o el alpinismo, el esquí de travesía, la escalada clásica, y poco más, ni siquiera existía el concepto del senderismo, ni esa práctica como tal. Ahora tienes ferratas, BTT, raquetas, rocódromo, escalada deportiva, raids… por no hablar de la profusión de modalidades relacionadas con el agua, barranquismo, rafting, kayak… y la juventud va encontrando su nicho de actividad. Ahora lo que sí hace furor es el aspecto competitivo, especialmente en carreras por montaña. Aun así, y con todo, lo cierto es que en la práctica clásica del montañismo no sueles ver a mucha gente joven. Hoy en día se es más individualista, lo que es un poco contrasentido habida cuenta de la proliferación de las redes sociales… se sale en grupos más reducidos, hay buenos vehículos y carreteras, se es más independiente.
Llegados a este punto, dan rienda suelta a sus recuerdos y emociones. «… en 1976 organizamos el XI Campamento Regional de Alta Montaña, en Napazal -Valle de Aísa-«. Recuerdan también cómo en alguna competición de Alta Ruta Invernal, que así llamaban a las carreras con esquís de montaña, «…teníamos la sensación de ir tan deprisa que preferimos escondernos detrás de unas piedras para dejar pasar algo de tiempo, siendo finalmente descalificados por llegar pronto, pensando que habíamos hecho trampas». «Otro día –recuerdan-, en una ‘prueba de camillas’, en una pala cercana a Góriz, las pasamos de a metro, porque teníamos que hacer slalom con ella, y se nos ponía casi vertical…».
P: En el año 1992 se celebró la edición 25, ecuador de la de este año. Se subió a Oroel, y desde entonces se han desdoblado, manteniendo éste como Belén Popular que, por cierto, también se comenzó con cientos de personas, y ahora cuesta reunir a una veintena…
R: Hombre, depende también del tiempo, pero sí, es lo que hemos comentado, en general la juventud no le encuentra aliciente a eso de subir una montaña sólo por el placer de subirla.
P: A lo largo de todo este tiempo, aparte de Fernando, el resto habéis subido algún otro Belén más…
R: Sí, los primeros no fallábamos. En el año 82 se subió a la Moleta, y se salió ya de Canfranc con medio metro de nieve, lo que congregó a varios socios con esquís. Hubo alguno que al no saber esquiar lo pasó mal, por lo que lo fue dejando.
P: Se ha sido fiel a la Collarada en las ediciones que hacían decenas, salvo en la 30 edición, ¿qué ocurrió?
R: Pues que entre unos y otros se nos pasó, y lo hicimos al año siguiente. No tiene más misterio. Hemos estado en la Collarada en el 68, 77, 87, 98, 2007 y este año, ayer, concretamente.
P: Desde que me he incorporado a la Vocalía de Montaña, en el año 2013, y aún uno antes, he asistido a la colocación del Belén Montañero del Club, pero también lo hice en esa 31 edición, en el año 1998, y recuerdo que además de Fernando, estaba Germán… que, por cierto, este verano, a tus 81 años has vuelto a subir a la Collarada… entiendo que lo hayas preferido a hacerlo en invierno.
R: Sí, fue un reto, quizá para despedirme de la montaña. Subimos por el barranco de la Espata, y la idea era llegar sólo hasta el collado de Ip, pero me animaron a continuar hasta arriba, y lo conseguimos. Aún me estoy recuperando -entre risas.
P: En esta quincuagésima edición, con las fuerzas ya más mermadas, Fernando, cómo te has sentido en esa ascensión, porque en voz baja, si me permites, puedo reproducir tus palabras ya en cima, esas de “… por tres o cuatro veces he estado a punto de darme la vuelta…”. Entiendo que ha sido duro. ¿Qué te ha impulsado, con qué aliados has contado para no reblar?
R: No preguntes, que no lo sé, me hacía la idea de que estaba subiendo al Everest, dice entre risas, y no podía fallar. Los demás, se apresuran a decir que “… por su fuerza de voluntad y tesón”.
P: Ángel, Miguel Ángel, Germán, supongo que el siempre saludable ejercicio de caminar seguirá en vuestras agendas…
R: Sí, es lo que nos queda.
Y un “… mientras pueda andar, andaré…”, es la respuesta a la última pregunta a Fernando, que es esa clásica de… y ahora, ¿qué?, lanzada a un hombre que se ha cruzado el Pirineo de la cara y del revés, que se ha aupado a todos sus tresmiles, y que ha trascendido nuestras fronteras, siendo miembro activo del trekking al Baltoro en 2006, en el que también tuve el placer de participar, celebrando el 50 aniversario de la fundación del club; varias veces visitas a Nepal, también Bolivia, Venezuela, Argentina, Perú, Vietnam… en fin, un corre caminos incansable.
Tanto él como el resto de contertulios están en posesión de los carnets que van de los números 1 al 14, de un club que cuenta con cerca de 1000 asociados activos, pero con más de 6500 registrados. No nos queda más que felicitarles por toda una vida de montañas, sabiendo transmitir sus valores que, con unos medios mucho más precarios, con una indumentaria y material de circunstancias, sólo suplidos por un enorme entusiasmo, son un vivo ejemplo de tenacidad y lucha para las generaciones actuales y venideras. Esperamos verlos muchos años más en ese Belén Popular de Oroel, una montaña emblemática de Jaca, cantada en su himno, y de la que Fernando, para finalizar, nos cuenta que “… el conde Rusell, la primera vez que subió a la Collarada, dijo que desde el llano parece una gran montaña, y desde aquí es como una ola en medio del océano…”.
Muchas gracias, y enhorabuena a todos.
Chema Tapia, vocal de montaña del Club Pirineísta Mayencos.
OBJETIVOS
1968 Collarada 1985 Tendeñera 2002 Vértice del Anayet
1969 Aspe 1986 Agüerri 2003 Collaradeta
1970 Infiernos 1987 Collarada 2004 Ibón de Ip *
1971 Bisaurín 1988 Algas 2005 Las Blancas +
1972 Peña Telera * 1989 Rincón del Alano 2006 Pico de Burcq
1973 Castillo de Acher 1990 Peña Nevera 2007 Collarada
1974 Peña Oroel 1991 Punta Espata + 2008 Tuca Blanca
1975 Balaitous 1992 Peña Oroel 2009 Bisaurín
1976 Petrechema 1993 Llena del Bozo 2010 Quimboa Alto
1977 Collarada 1994 Frondiellas 2011 Punta Bacials +
1978 Pico Anayet 1995 Peña Oroel + 2012 Marmida *
1979 Frondiellas 1996 Puntal de Secús 2013 Collaradeta
1980 Peña Forca 1997 Peña Sabocos 2014 Mesola
1981 Peña Retona * 1998 Collarada 2015 Cuculo
1982 La Moleta 1999 Pico de la Leta + 2016 Puntal del Foratón
1983 Garmo Negro 2000 Baciás 2017 Collarada
1984 Mallo Acherito 2001 Chipeta
* Corresponde con no haber llegado al objetivo
+ Corresponde con cambio de objetivo
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@ 2020 Club Pirineísta Mayencos-Calle Tierra de Biescas 10, 22700 Jaca (Huesca) info@cpmayencos.org - Tfno: 974 363 083