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De Jaca a Rovaniemi
Beatriz García Berché, Bea para los amigos, es una mujer que, a pesar de su juventud se embarca en retos poco comunes. Tenemos el inmenso placer de contar ella en nuestras filas, y de que nos cuente su experiencia recién llegada de tierras laponas.
CP Mayencos. ¿De qué hablamos cuando hablamos de retos poco comunes?
Beatriz. Jeje… Bueno depende de para quién. Yo sigo a alpinistas, montañeros… que para mí hacen cosas increíbles de esas que me hacen soñar y que no están a mi alcance. Yo simplemente hago carreras de larga distancia en lugares del mundo que por algún motivo me atraen muchísimo, y también subo aquellas montañas que puedo y llaman mi atención. Me sorprende mucho cuando la gente se acerca a mí sorprendida a preguntarme qué hago, por qué lo hago…
CPM. Bea, ¿a qué te dedicas en tu vida cotidiana?, porque no sé si será fácil compatibilizarlo…
Bea. Trabajo en un medio de comunicación, soy periodista de deportes. Tengo un trabajo que para lo bueno y para lo malo no tenemos horarios “normales” ni fijos: festivos, fines de semana, noches… Pero por otra parte, me encanta tener tiempo libre y disfrutar de la montaña en días que no hay gente porque no me gustan nada las masificaciones. Llegar a una cima y que esté vacía es un regalazo muy caro hoy en día. También soy juez de carreras por montaña hace años, lo que me ha ayudado a ver la competición desde otro punto de vista.
CPM. Bueno, de algún modo estás relacionada con el deporte, pero ¿es fácil compaginar tu día a día, con estas actividades “poco comunes”?
Bea. Entreno lo que puedo, e intentando tener un equilibro con mi vida personal. Evidentemente no te puedes plantear resultados, podios… Objetivos que no están al alcance. Después de muchos años entrenando, ahora busco que el entreno también me dé felicidad, aunque evidentemente es duro, muchas veces no te apetece, o renuncias a otras cosas para poder entrenar, pero a día de hoy todavía me llena y por lo tanto me compensa. Objetivo simple, acabar una carrera o llegar a la cima sin pensar en tiempos, sobre todo, disfrutar y que me aporte felicidad. Hay días que por ejemplo me tocaría un entreno más cardiovascular, pero si surge la posibilidad de ir a escalar y me apetece, ¡aprovecho! La cuestión es estar en activo y satisfecho con lo que haces.
CPM. ¿Cuándo y cómo sentiste que el deporte del común de los mortales se te quedaba pequeño?
Bea. Como he dicho antes, el deporte que yo practico para algunas personas puede ser normal, como todo en la vida, depende del prisma con el que lo mires. Pero en mi caso, empecé en la larga distancia por casualidades de la vida, comprando una mochila de montaña la Navidad de 2006 en una tienda de la que tiempo después me enviaron una publicidad de una marcha de 70 quilómetros, y así empezó todo en 2007… Después de la expedición al Campo Base del Everest en 2012 con Telefónica y el Consejo Superior de Deportes, fue otro cambio de etapa… Pero la ilusión por estar en la montaña todo el tiempo que puedo viene de pequeña, en casa de mi abuelo ya había cuerdas, camisas de cuadros, cantimploras…
CPM. En el mundo del deporte, en el que brillan las grandes estrellas mediáticas, sobre todo las masculinas, ¿cómo se lleva el anonimato en este tipo de pruebas tan extremas?
Bea. No me importa el anonimato, realmente si practico este deporte lo hago porque me gusta no por la repercusión que pueda tener. Que las carreras por montaña y muchos deportes que se practican al aire libre se hayan puesto de moda, para mi manera de verlo, ha sido más negativo que positivo. Pero por otra parte, sí que hace mucha ilusión como profesional del periodismo cuando ves que en unos informativos se hablan de éxitos de montaña, algo que hace años era impensable. Evidentemente el futbol mueve audiencia, contratos millonarios de publicidad y una cultura de masas inalcanzable para el resto de deportes pero en los últimos años imágenes de alpinismo u otros deportes outdoor han llegado a posicionarse en las cabeceras de los principales medios de comunicación y es un gran paso.
CPM. Porque lo tuyo, y no por ser mujer, que también, tiene un mérito extraordinario…
Bea. Todos los que conseguimos llegar a meta o a cima tenemos nuestro mérito, cada uno en su nivel y circunstancias. Pero también intentarlo, tiene el mismo mérito. Hay una carrera emblemática, el Ultra-Trail du Mont-Blanc en Chamonix, que se gana en poco más de 21 horas y la organización te da un tiempo máximo de 46 horas 30 minutos, es decir, tantos los corredores que ganan como los que llegamos a la cola tenemos el mismo mérito porque todos nos esforzamos a nuestro nivel, además de todos los que no consiguen cruzar la línea de meta y que ha llegado a superar el 50% en alguna edición.
CPM. Sin duda se trata de un enorme esfuerzo físico, pero la cabeza tiene que tirar, ¿no es así?
Bea. Para mí en este tipo de deporte la mente tiene una importancia del 60% respecto al físico. Hay momentos muy duros y si no deseas de corazón llegar a meta, el cuerpo solo no puede hacerlo, la mente ha de tirar fuerte. Por muy bien físicamente que estés, no lo es todo. Son muchas horas sin dormir, con gran esfuerzo, a veces con condiciones climáticas extremas, y sueles tener molestias físicas, a veces llegas a pasar en algunas pruebas hambres, sed, frío o calor extremos, entre otras muchas circunstancias.
CPM. Unas pruebas a cuyos entrenamientos tendrás que dedicar mucho tiempo y esfuerzo…
Bea. El tiempo que puedo, pero sí que siempre con el máximo esfuerzo. Es muy fácil estar en la línea de salida de una carrera o con el petate preparado para irte de expedición, lo difícil es todo el tiempo que has dedicado a prepararlo. Tiempo de entrenar, de preparar logística, son muchas horas que sumas en este pilar y le restas a otros pilares de la vida, por eso es importante encontrar un equilibro, y que siempre el esfuerzo compense.
CPM. Habrá mucho tiempo de entrenamiento en sala y al aire libre, pero ¿cómo haces para entrenar en seco para una prueba que se realiza en un escenario que no está a nuestro alcance en estas tierras?
Bea. Decidí que iba a esta carrera dos meses antes, con lo cual no he podido tampoco hacer algo muy específico pero igualmente, siempre que llega el frío y la nieve la aprovecho al máximo. He pasado todo el tiempo que he podido con los esquís o los piolets pero sin estresarme, si había semanas que no se podía por la previsión meteorológica o la calidad de la nieve, pues buscaba otras opciones. Ha habido años que me he ido a correr al calor extremo cuando aquí era invierno, y me iba sin “aclimatarme” a la temperatura ni “condiciones”. En esta última prueba creo que “he pagado” más el hecho de no haber entrenador previamente con una pulka (trineo).
CPM. Háblanos algo de la prueba, no sé… ¿en qué consistía?, ¿cuánta participación había?, ¿con qué asistencia contabais?…
Bea. Una prueba en Laponia finlandesa, en Rovaniemi, un lugar que suele sonar por ser donde vive Papá Noel. Era un carrera de 3 disciplinas: pie, esquís y fatbike, y tres distancias: 66, 150 y 300. En autosuficiencia alimentaria, la organización solo te daba agua en 7 check-points durante toda la prueba. Yo elegí la de 150 quilómetros, a pie. Tirando de una pulka donde llevaba comida para toda la carrera, saco de dormir, colchón, botiquín, ropa, agua, crampones… Este año no hacía falta llevar raquetas.
En mi distancia salimos 49 y llegamos 41. Una prueba muy dura porque había muchas horas sin luz, sin ver a nadie, tirando de una pulka que pesaba bastante más de lo adecuado ya que por la diabetes llevaba comida extra, además de medicamentos y su protección contra el frío. La pulka con terreno llano y bien compactado es genial de llevar pero si te metes en un bosque, en bajada y con terreno inestable es bastante difícil dominarla, se volteaba según su parecer, se engancha en la nieve y te puede llegar a tirar, has de aprender a convivir con ella jeje… Las últimas 8 horas de carrera fueron con fuerte tormenta, donde a ratos la nieve se convirtió en agua y empecé a calarme, ya se sabe que aunque lleves un buen goretex, cuando llevas unas cuantas horas, acabas mojándote. El fuerte viento hacía que la nieve te picase en la cara y no podía levantarla para seguir el marcaje de la carrera con lo cual solo tenía la opción de seguir las roderas de las bicis, esquís y pulkas que habían pasado antes que yo y rezar para que no se tapasen. Había momentos que no se veía nada. Normalmente la primera noche de carrera la llevo genial, me encanta la sensación de conexión con la naturaleza, sí que ya sufro la segunda noche pero en este caso, como no pude descansar mucho los días antes, lo pagué ya la primera noche y lo pasé fatal para no dormirme. Hice una parada de 10 minutos encima de la pulka para dormir e intentar quitarme un poco la tontería. También se hace duro que haya tan pocos corredores porque te pasas muchas horas solo con la luz de tu frontal. Los check-points no eran cubiertos, solo uno, así que parabas lo justo para coger agua, comer algo al lado del fuego bajo la nieve que caía, y salías. El hecho de ver también corredores que abandonaban de la distancia mía y de la de 300, también te hacía pensar. Parece todo demasiado duro pero sí, compensa. Los paisajes que vi, ni la mejor cámara fotográfica sería capaz de transmitirlos con exactitud, increíblemente bonitos.
Fueron 40 horas 15 minutos de carrera muy intensa por el Círculo Polar Ártico.
CPM. Unos desafíos que sin duda marcan en la vida, en una vida que va en pos de los límites, adelantándose a que ellos vengan a por ti. ¿Qué motivaciones tienes? ¿Qué supone para ti este tipo de retos?
Bea. Siempre he pensado que los sueños son para cumplirlos y cuando me apetece hacer algo de verdad, lo intento. No soy atleta de élite ni tengo capacidad para serlo pero intento conseguir lo que realmente me gusta. Me apasiona la montaña, la aventura, practicar deporte al aire libre, conocer nuevos sitios, nuevas culturas… Si cuando pienso en alguna aventura ya sea competición, montaña… me produce cosquilleo por dentro y el corazón de acelera, ¡es que vale la pena intentarlo! Es cierto que a veces no puedes intentarlo porque no dominas la disciplina o no tienes la capacidad suficiente, pero bueno, por suerte en esta vida nada es imposible ni descartable de por vida, simplemente aplazable por si algún día veo que tengo la capacidad y sigo sintiendo ilusión por hacerlo.
CPM. Siempre nos sorprendes con nuevas aventuras, por último hay que preguntarte que qué será lo siguiente…
Bea. Jeje…. Pronto, para el desierto…
Del Círculo Polar Ártico al desierto. Así es Bea, una mujer que no se amedrenta, una mujer hecha a sí misma. Una mujer, y que el hecho de serlo no le condiciona para desarrollar su pasión en un mundo tremendamente físico, pero que tiene que ir guiado por la cabeza, que pone los límites, y el corazón, que los destroza… y por lo que nos cuenta los sabe gestionar. Nuestra más sincera enhorabuena, y nuestros mejores deseos de que sigas marcándote metas, cada vez más ambiciosas, y muchas gracias por pasear el nombre de Mayencos por el mundo.
Chema Tapia
Montaña Mayencos
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